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Nadie sabía nada de ella desde hace más de 30 años, aunque era uno de los elementos principales de los jardines de la Casa del Rey Moro de Ronda, un espacio creado por conocido paisajista francés, Jean-Claude Forestier, por un encargo de la duquesa de Parcent y declarado Bien de Interés Cultura (BIC), del que había desaparecido su fuente.

Ayer este elemento volvió a ocupar el espacio vacío que había dejado, para lo que fue sometida a una profunda restauración al ser recompuesta, aunque no se desveló el lugar en el que estuvo durante este tiempo y tan solo se apuntó que se encontraba en un almacén de objetos viejos.

El arqueólogo, Fernando Amores, explicó que se trata de una fuente “extraña y rara” de la que se desconoce su origen, aunque se cree que pudo corresponder a algún tipo de oratorio árabe. Además contiene las inscripción salvación eterna, a lo que añade una especie de farol central en el que se reproducen luceras que son iguales a las que posee los Baños Árabes, que se encuentran situado a poca distancia de este espacio y que todavía se conservan.

Una fuente que está creada a base de fino mármol blanco, compuesta por una base de ocho pilares que sustentan la taza en prisma octogonal. Además, las caras alternan dos modelos de finos relieves de atauriques, decoración vegetal islámica. De igual modo, también dispone de salidas de aguasUna explicación a la que se añade que la forma octogonal de la fuente “remite a la forma geométrica que recuerda a la mezquita de la Roca en Jerusalén, lugar sagrado del Islam”.

En cuanto a la decoración vegetal, se apunta que evoca al jardín coránico, mientras que “las fuentes de agua abundante que formalizan cuatro ríos del Edén”. Mientras tanto, el cuerpo superior “nos recuerda el cielo estrellado que remata al jardín.

Por ello se considera que dicha fuente “es una emulación exquisita del jardín islámico que supone el escenario de la salvación eterna”. Además, el agua que parte de dicha fuente riega el resto del jardín desde la parte alta en la que se encuentra situada.

De igual modo, también se destacó la importancia del jardín creado por Forestier y en cuyo apartado botánico será investigado por el profesor de la Universidad de Málaga, Enrique Salvo. Un jardín creado para que esté “vivo” y se puede ir modificando con la evolución de sus especies, de las que se conservan 50 de las originales.

Por otra parte, desde la propiedad también se puso en marcha la puesta en marcha de un proyecto de musealización del espacio, que incluyen aplicaciones a modo de guía del espacio.

Mientras tanto, los investigadores continúan explorando la Mina que conduce hasta el fondo del Tajo, que se espera que cuente con cuatro campañas de investigación.

En cuanto al palacio, el propietario apuntó a que realizará una nueva propuesta a la nueva Corporación para llegar a un “pacto”